Quienes me conocéis desde hace tiempo sabéis que vengo de la fotografía que ahora llamamos “analógica”. Cuando empecé a interesarme por la fotografía, en realidad no había distinciones. Era la que había. Bueno, podías elegir trabajar en blanco y negro o en color. Y era una decisión importante. Pero esa es otra historia. El caso es que para hacer fotografías entonces usábamos película fotográfica. Con la llegada de la fotografía digital me dio miedo aprender. O pereza. Qué se yo. El caso es que durante mucho tiempo no tuve cámara ni hice fotografías. Hasta que, de forma inevitable, tuve que volver a aprender técnica para usar un equipo digital.
Ahora mismo, no me planteo otra opción. Mi cámara es digital y estoy feliz con ella. Pero sigo recordando cómo usar una cámara de película y, si me apuras, podría revelar y positivar con químicos, en el cuarto oscuro, con poca ayuda. De vez en cuando, vuelvo a estos procesos. Y no sólo como ejercicio de nostalgia, no. Deja que te cuente por qué creo que debes dar una oportunidad a la fotografía analógica.
- Si te gusta la fotografía te gusta probar técnicas y herramientas nuevas. Es así, los fotógrafos somos curiosos por naturaleza. Esta es una buena oportunidad para aprender algo diferente y para conectar con los orígenes de la fotografía.
- Es una manera mucho más tranquila de hacer fotografía, casi zen. Aquí no sirven las prisas. Los rollos son de pocas exposiciones: 12, 24, 36… En cuanto te descuidas un poco, ¡se acabó! Hay que pensar antes de disparar.
- Precisamente por lo anterior, la fotografía analógica obliga a mirar con calma, a buscar lo que merece la pena fotografiar, a componer en el visor, con tiempo, antes de disparar. Estamos acostumbrados a disparar, ver y borrar y eso, aquí, no sirve.
- Ayuda a dar valor a la simplicidad de los procesos hoy en día. Porque lo más probable es que el primer rollo que hagas sea un fracaso total. Y porque tendrás que esperar unos días para verlo. Quienes venimos del mundo analógico somos muy conscientes de la rapidez y facilidad de los equipos digitales que usamos hoy en día.
- Es obvio, nos obliga a positivar para ver el resultado. Las fotografías no se quedan olvidadas en una tarjeta de memoria. Y una imagen en papel tiene un gran valor emocional.
- Y, por último, aunque podríamos pensar en algunos motivos más, la fotografía analógica nos hace ver que hacemos demasiadas fotografías y que, muchas de ellas, son totalmente prescindibles
ME HAS CONVENCIDO, PERO ¿POR DÓNDE EMPIEZO?
En casa de tus padres o de algún familiar hay una cámara analógica, seguro. Y, si no es así, es fácil encontrar alguna que funcione correctamente. Foros de fotógrafos, webs de segunda mano, tiendas de antigüedades, algún mercadillo… En el Rastro no es difícil localizar algún modelo interesante por no demasiado dinero. Si no te quieres ir de compras, puedes participar en el proyecto La Cámara Con Alas, como yo hice. Te dejan una cámara para que la utilices durante unos días y luego se la envías a otra persona. ¡Es muy divertido y las cámaras son preciosas!
Incluso puedes fabricarte una cámara estenopeica, con la ayuda de Alberto, como ya te conté hace un tiempo.
Puedes encontrar película fotográfica en Caprile Fotografía, si estás en Madrid o en su tienda online. En otras ciudades tampoco es difícil encontrar película. Cada vez hay más proyectos relacionados con la fotografía analógica. Y en esas mismas tiendas te enseñan a cargar tu cámara y procesan tu película. En pocos días tienes los negativos y tus fotografías en papel o en cd, listas para compartir.
¿Qué me dices? ¿Le vas a dar una oportunidad a la fotografía analógica? O quizá, ya eres de las que te has animado y te encanta la experiencia. Cuéntame, me encantará saberlo.
Nuria
15/05/2017Me encanta el post y me encanta la fotografía analógica. Yo retomé el contacto con ella a través de la cámara con alas. Me picó la curiosidad, y desde entonces me he hecho con un par de cámaras que me encanta usar.
Lo que me gusta de la fotografía analógica son las ‘desventajas’ que tiene: el hecho de no ver la fotografía final hasta semanas después, el esfuerzo de ‘mirar’ de forma diferente… Y en mi caso, que ambas cámaras tienen una óptica fija, a diferencia de mi equipo digital, me obliga a acercarme más a las cosas y no quedarme en la zona de confort que me da poder hacer zoom.
Espero que escribas más sobre fotografía analógica, y que te animes alguna vez a participar en 1mes1film.
Un beso enorme.
Ana
21/05/2017La cámara con alas me resultó también una gran experiencia y estoy de acuerdo contigo en que esas desventajas son el mayor encanto de la fotografía analógica. En un mundo que va tan rápido, siento que necesito disfrutar de la fotografía de otro modo más pausado. Te iré enseñando mis nuevas adquisiciones. Tendré que probarlas. A ver si saco tiempo.
Un beso muy grande
Beatriz
18/05/2017No sé si como tú dices Ana, disparar en analógico es más zen, desde luego por tu estilo de fotografiar lo parece. La verdad que yo hace años también disparé en analógico e inclusive revelé y positivé en el cuarto oscuro, lástima que no recuerdo bien aquel proceso, pero quizás me anime a participar en el proyecto de La cámara con alas, Nuria y tú me habéis picado mucho el gusanillo con el.
Estupendo post, como siempre aprendo un montón contigo.
Gracias
Ana
21/05/2017Te animo muchísimo a participar en la cámara con alas, al menos para tener esa experiencia de volver a lo analógico. Es una manera diferente de disfrutar de la fotografía y merece, en mi opinión, mucho la pena. A la gente no le gusta demasiado este tema. Supongo que se ve un poco antiguo. Pero es fundamental volver a los orígenes de vez en cuando, ¿no te parece?
Un beso muy grande