
Quienes me conocéis desde hace tiempo sabéis que vengo de la fotografía que ahora llamamos “analógica”. Cuando empecé a interesarme por la fotografía, en realidad no había distinciones. Era la que había. Bueno, podías elegir trabajar en blanco y negro o en color. Y era una decisión importante. Pero esa es otra historia. El caso es que para hacer fotografías entonces usábamos película fotográfica. Con la llegada de la fotografía digital me dio miedo aprender. O pereza. Qué se yo. El caso es que durante mucho tiempo no tuve cámara ni hice fotografías. Hasta que, de forma inevitable, tuve que volver a aprender técnica para usar un equipo digital.
Ahora mismo, no me planteo otra opción. Mi cámara es digital y estoy feliz con ella. Pero sigo recordando cómo usar una cámara de película y, si me apuras, podría revelar y positivar con químicos, en el cuarto oscuro, con poca ayuda. De vez en cuando, vuelvo a estos procesos. Y no sólo como ejercicio de nostalgia, no. Deja que te cuente por qué creo que debes dar una oportunidad a la fotografía analógica.